SUPERENTRADA

¿Nunca te has levantado supercabread@ con el mundo? Y te pregunas: "¿Por qué?" He aquí una respuesta:

PORQUE SÍ, Y PUNTO, ¿acaso no tiene un@ derecho a cabrearse de vez en cuando?

En mi humilde opinión, los problemas tienen la importancia que cada uno les de. Incluso he comenzado a pensar que cada uno tiene los problemas que puede aguantar. Así mismo, una persona con mucha capacidad de resolución, o con muchas cosas a su cargo, puede pensar que los problemas de otra persona, por pequeños que sean, son una tontería, y pierde su capacidad de comprensión; por la misma regla, una persona con poco aguante, o que esté acostumbrado a que se lo den todo resuelto, por un hecho como tener siempre el pelo enredado puede tener un gran trauma y plantearse el suicidio. Estas personas terminan por no preocuparse de nadie, ni siquiera de sí mismos, porque los demás ya lo hacen por ellos.

Por otro lado, si un@ tiene mucha capacidad de aguante, puede terminar complicándose la vida un montón. En fin, basta de teorizar, al fin y al cabo sólo es una opinión.

En mi caso, me levanto por las mañanas pensando en todo lo que voy a poder aportar al mundo, en que no importan los obstáculos con los que me encuentre porque ¡qué leches, estoy en plena forma! y que la vida, con una copita de optimismo, es mucho más fácil.

Sin embargo, una mañana te levantas, echas un vistazo a tu alrededor y te das cuenta de que con todo lo que te ha costado, con todo el esfuerzo que has hecho, con toda la energía que has gastado por mantenerte optimista..., pues tampoco tienes gran cosa. Vamos, que con todo lo que te ha costado, ya deberías haber triunfado en la vida, ¿no? Así que, símplemente te cabreas.

Si te sientes identificad@ conmigo, entonces sabrás que esto se pasa en un par de días. Pero una ayudita de alguna persona que te quiera no viene mal ¿verdad? Un: "qué guap@ estás hoy" "qué bien lo has hecho"... Lo que pasa es que la gente se acostumbra a que eres tú quien levanta la moral, y se les olvida que tú también lo necesitas. RE.CLÁ.MA.SE.LO